miércoles, 8 de junio de 2011

EL PRIMER BAUTISMO EN NUESTRO BARRIO



El bautismo, es un signo visible, que  afecta a toda la persona con un cambio importante debido a la acción de Dios. Estos cambios no se perciben materialmente, pero sí suceden. Es algo similar a cuando un ciego recupera la vista. Por fuera no se ve cambio alguno y sin embargo por dentro el cambio es total en la persona.

Es un gran regalo que Dios nos ha dejado para ayudarnos a llegar a la salvación eterna. Aunque aparentemente todo sigue igual por fuera, los cambios que el bautismo realiza en nosotros son tan fuertes que se notan espiritualmente.

El bautismo nos hace:

1)               Nos hace hijos de Dios. Con el bautismo recibimos una vida nueva, la vida de gracia que nos hace participar de la vida divina. Es una filiación real y no una adopción, pues la vida de Dios estará dentro de nosotros.

2)               Nos hace miembros de la Iglesia. Al recibir el bautismo, entramos a formar parte de una familia; la familia formada por todos los hijos de Dios, que es la Iglesia. El bautismo nos abre la puerta para poder recibir todos los demás sacramentos

3)               Nos perdona todos los pecados. A diferencia del bautismo de Juan, el bautismo instituido por Jesús sí perdona los pecados del que los recibe, incluyendo al pecado original. Es algo gratuito que no pide reparación alguna.

4)              Nos perdona todas las penas merecidas. Al recibir el bautismo se borran definitivamente nuestros pecados y las penas que por ellos merecíamos. Esto significa que si una persona muere acabando de recibir el bautismo, no irá al purgatorio, pues no necesita purificación alguna.

La confesión en cambio, solamente borra el pecado, pero no el deber de purificación, que lo podemos cumplir en la tierra con sacrificios, penitencias y buenas obras, o en el purgatorio después de nuestra muerte.

5)              Nos infunde las virtudes teologales. En el bautismo, Dios nos hace tres regalos: Son la Fe, la Esperanza y la Caridad. Las recibimos como semillas y es deber nuestro el hacerlas crecer para que lleguen a su máximo desarrollo dentro de nosotros.



Con el bautismo  comenzamos a formar parte de la gran familia de Cristo, de Dios.
¡¡¡GRACIAS SEÑOR POR ESTE HERMOSO REGALO DE HABERNOS CONSEDIDO LA GRACIA DE ESTAR Y VIVIR ESTE PRIMER BAUTISMO!!!