martes, 10 de diciembre de 2013

Cierre del Taller

Durante este año muchos niños asistieron a la Capilla Natividad del Señor a participar de las clases del Taller de Música que se dictaba los días sábados de 10 a 11:30. Muchos niños con ganas de aprender a tocar un instrumento y ser parte del coro de la Capilla.


Desde las más pequeñas......

a los más grandes....

y las más grandes...también... :-)


Gracias a los que pusieron sus dones al servicio del proyecto de Dios....Mariana Davalos...Lorena Aramayo...José Naranjo...


CATEQUESIS 2013



Desde que comenzamos en este camino de seguir tus pasos en esta hermosa comunidad El Huaico, tu nos has guiado como una madre a su niño pequeño, dulcemente. Has dejado que tantas personas llenas de luz, de tu luz sean los que tengan esta hermosa tarea de hacer conocer tu amor a tantos niños y a tantas personas que quieren y desean conocerte. 
Nos amas tanto que elegiste para esta tu comunidad el nombre "Natividad de Nuestro Señor Jesucristo"

COMUNIONES


CONFIRMACIONES

ESTOS SON LOS PEQUEÑOS MÁS BELLOS QUE PUSISTE EN NUESTRO CAMINO...SON LAS SEMILLAS QUE PUSISTE EN NUESTRAS MANOS PARA ESPARCIR CON CONFIANZA EN QUE LAS HARÁS GERMINAR


Y ESTOS SON LAS MANOS QUE SE BRINDAN PARA HACER TU VOLUNTAD...



¡¡¡GRACIAS!!!

martes, 19 de noviembre de 2013

Catequesis 2013

Durante este año se realizo la catequesis en la capilla, junto al padre Edgardo y al padre Pablo Castro, nuestro párroco.
Cerca de 100 chicos se preparan para recibir su sacramento. Es tan lindo ver como los niños vienen con ese entusiasmo a conocer y re confirmar su amor a Jesús.

Y en el equipo de catequesis se van sumando chicas nuevas y algunas siguen en el camino...tratando de ser fieles a ese llamado de amor que Dios les hizo un día.



Silvia...Alejandra...padre Pablo...Adela....Sandra....faltan las ayudantes de catequesis....Vanina....Veronica....Rolando...

Los niños que se preparan con mucho entusiasmo a recibir y re confirmar su fe....






Gracias Señor por el don tan grande de ser tu voz...de ser tu instrumento para que cada niño descubra el amor...tu amor.

jueves, 28 de junio de 2012

DEMOS GRACIAS AL SAGRADO CORAZÓN POR LOS BENEFICIOS RECIBIDOS EN EL ORDEN DE LA NATURALEZA



   Estos últimos días del mes de Junio los dedicaremos a la acción de gracias. Nada más digno de un corazón noble que ele agradecimiento por los beneficios recibidos, y por desgracia nada más olvidado por el común de los cristianos.
Fijémonos hoy únicamente en lo que debemos a Dios en el orden de la naturaleza. Dones suyos son esta existencia que tengo, y los mil medios con que su bondad me conserva todos los días y me la embellece. La luz que me alumbra, el pan que me sustenta, el agua que sacia mi sed, el sueño que repara mis fuerzas, la creación entera que me rodea, todo ha sido puesto a mi disposición para que me sirva y me regale y me ayude a la consecución de mi fin. Si amanece y si anochece, si cambian las estaciones, si da la tierra sus cosechas, si resplandece en el firmamento el sol, si tiene peces el mar, y fieras la tierra, y aves el aire, si reinan en todo el orden y la providencia más admirables, por mí lo hizo, por mí lo ordenó Dios en admirable conjunto.
   ¿Hay corazón capaz de entonar al Supremo Hacedor el himno debido a la acción de gracias por tales y tan grandes maravillas? Sí le hay. En el Sagrado Corazón de Jesús tiene el hombre un medio seguro con que mostrarse agradecido. ¡Oh supremo dador de todo bien! ¡Lo que nuestra lengua es incapaz de decirte, lo que nuestro corazón es pequeño para sentir como se debe, por nosotros te lo canta eternamente y te lo satisface con infinito amor e infinitas alabanzas el Sagrado Corazón de Jesús! En Él, pues, y por Él, y con Él te seremos eternamente reconocidos. Mira, Padre celestial, el Corazón de tu Hijo, y mira en Él la satisfacción por todos tus bienes.

   Los beneficios de Dios no nos han sido hechos una sola vez sino que nos siguen, nos rodean, nos acompañan como luminosa atmósfera de amor en todos los instantes de nuestra vida. No resplandece más fijamente el sol del día cada mañana en el horizonte, de lo que brilla continuamente sobre mí la inefable bondad de Dios. Hasta en los males que en su adorable designio permite su Providencia sobre la tierra, encuentro motivos de agradecimiento. Porque aun dejando de lado el bien último, a cuyo fin todo está infaliblemente ordenado, si con esos males yo me uno, como corresponde, a los designios de su soberana voluntad, ¿cuánta paz y cuánto consuelo derrama su mano sobre cualquiera de mis tribulaciones? ¿No he comprobado muchas veces la verdad de aquélla expresión de que nunca se muestra más Padre Dios que cuando nos aflige? Y aun sin eso, ¿no es verdad que la sola consideración de los muchos males de que me libra cada día su bondad, exige de mí un continuo y amoroso reconocimiento? La enfermedad que no tengo, la persecución que no sufro, la privación que no me mortifica, son beneficios negativos, ¿pero son por eso menos apreciables? ¿Quién sino Dios tiene extendida como un escudo su mano sobre mí para librarme de tantas angustias como aquejan a otros hermanos míos?
   ¡Oh Sagrado Corazón! A Ti agradezco tan inestimables beneficios, para que me seas ante el Padre celestial de intercesor de este afectuoso agradecimiento mío. Pase por Ti, Jesús mío, mi gratitud y adquiera en el encendido fuego de tu Corazón las cualidades que la hagan digna de ser admitida por el Supremo Dispensador de todos los bienes.
Soy como un niño, Dios mío, te digo con un Profeta; y no sé hablar de Ti como merecen tu bondad y grandeza. Que hablen por mí los armoniosos acentos de gratitud y alabanza que salen eternamente del Corazón de tu Hijo y suplan ellos mi indignidad y cubra mi insuficiencia.    

miércoles, 27 de junio de 2012

PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN, POR EL AUMENTO DE ESTA DEVOCIÓN EN NOSOTROS Y EN TODO EL MUNDO




¿P
odríamos dejar olvidada esta súplica entre las muchas que acabamos de dirigir estos días al Sacratísimo Corazón de Jesús? ¿Podríamos dejar de interesarnos vivamente en su presencia, para que cada día sea más y más ardiente en nosotros y en todo el mundo esta devoción? Con esto ejerceremos en favor de los hombres y por su eterna salvación el más fecundo apostolado. Mira cómo se esfuerzan los mundanos por propagar sus ideas; mira cómo sufren por lograr lo que persiguen y cómo se exponen a diversos contratiempos. ¿Qué podríamos hacer nosotros para extender algo más el amor a Jesús? ¿Qué hemos hecho hasta hoy? ¿Qué nos proponemos hacer en adelante? ¿Qué propósitos pensamos concretar en el ámbito donde nos movemos, entre nuestros amigos o familias o por lo menos en nosotros mismos?
   ¡Oh buen Jesús! Bien quisiera yo extender por todo el mundo, y hacer conocer a todos los hombres las riquezas de tu Corazón; pero ya que mis fuerzas son pocas para tan enorme apostolado, te suplico, Jesús mío, que seas Tú quien a todos se dé a conocer para que crezca cada día el número de los que te aman y sirven. Sea yo uno de ellos, Rey de las almas; hazme discípulo fiel, amigo fervoroso de tu Sagrado Corazón.

   Grandes gracias puede estar seguro de recibir del Sagrado Corazón el que de veras se dedique a propagar entre sus hermanos y a aumentar en sí mismo esta devoción suya. Oigamos las palabras del Salvador a Santa Margarita en sus revelaciones: A los que “trabajen, dice, en extender el culto de mi Sagrado Corazón, les daré abundantemente las gracias necesarias a su estado, pondré paz en sus familias, les consolaré en sus penas, seré su amparo en la vida y en la muerte, bendeciré sus empresas cristianas. A los Religiosos que trabajen en la conversión de los pecadores, les daré fuerzas con que ablandar y mover los corazones más endurecidos. Las casas en que se halle expuesta mi imagen, estarán llenas de mis bendiciones. Los que se dediquen a dar a conocer mi culto, tendrán su nombre escrito en mi corazón, y jamás se borrará de él”.
   ¡Oh Sagrado Corazón!, a quien atentos hemos acudido a  festejar cada día de este devoto mes! que se cumplan en nosotros, tus amigos, estas tan consoladoras promesas! Aquí nos tienes para renovarte e1 propósito de eterna fidelidad y constancia en tu servicio, y en el apostolado de tu Corazón. Reina en nosotros y en nuestras casas, pueblos y ciudades; preside todos nuestros proyectos, anima todos nuestros pensamientos, que se dirijan todos a uno solo: el de promover sin descanso tu gloria.
   ¡Oh dulce Jesús! ¡Dichoso quien así viva en Ti, y en Ti muera! Que siempre sea tu Corazón nuestro tesoro en vida para que lo sea también en toda la eternidad, donde juntos te alabemos, gocemos y poseamos para siempre. Amén.

martes, 26 de junio de 2012

PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN, POR NUESTROS HERMANOS DEL PURGATORIO


La iglesia de Dios tiene hijos suyos necesitados aun fuera de este mundo, y tiene alivio también para estas necesidades de la otra vida. Entre los combates de la presente y el descanso final de la gloria, hay para muchas almas un plazo de expiación en que se purgan culpas todavía no purificadas, o se pagan deudas todavía no satisfechas. Este plazo de expiación, concedido por la misericordia divina y exigido por su justicia, es el Purgatorio.
   El  buen devoto del Sagrado Corazón de Jesús no puede menos que ser amigo del Purgatorio. Hay allí almas que un día fueron fervorosísimas, que oraron al pie de los mismos altares que nosotros, que sonrieron con las mismas alegrías cristianas y lloraron con idénticos dolores. Aman a Dios, le desean, tienen segura su próxima posesión. Pero esta dicha se les retarda hasta que sea completo el pago de sus atrasos. En sufragio de ellas, Dios admite nuestras oraciones y buenas obras. ¿Quién se las negará? 
   Oh Sagrado Corazón! Hazle sentir al mío un tierno afecto, un vivo interés por el alivio de estas almas hermanas mías, que nada pueden ya para sí y que todo lo esperan de nuestra caridad. Derrama sobre sus penas los tesoros de tu Corazón, y apresura el dulce momento de reunirlas eternamente contigo. 

    Es gran caridad la caridad para con las almas del Purgatorio. Los grandes santos han sido todos en este punto muy fervorosos. La Iglesia nos da el ejemplo mezclando en todos sus rezos y ceremonias el piadoso recuerdo de los difuntos.
   ¡Es dulcísima la comunicación de nuestros corazones con los de estos hermanos nuestros, por medio de la oración! ¡Es lazo misterioso, que nos permite tener amigos aun más allá de la tumba, y aleja de nosotros la idea de una separación total!
   ¡Padres, hermanos, amigos, bienhechores! ¡yo sé que me escuchan en el Corazón de Jesús y que por vía de Él reciben y agradecen mi cariñoso recuerdo!
   ¡Oh Sagrado Corazón, suavísimo intermediario de estas hermosas confidencias! Da a esas almas la paz que por ellas te piden tus amigos de la tierra, a fin de que un día nos reúnas a todos, en las inefables dulzuras del cielo! Acepta por ellas nuestras oraciones, nuestras limosnas, nuestra Comunión, nuestras mortificaciones, nuestra devoción a Ti. Porque sabemos que te son queridas, las recomendamos a tu compasión. Los méritos de tu vida, Pasión y muerte; las lágrimas de tu Madre; las virtudes de tus Santos; los servicios de tu Iglesia; todo te lo ofrecemos en pago de tales deudas, para que bondadosamente se lo apliques. 

lunes, 25 de junio de 2012

PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN, POR LOS AGONIZANTES



Miles de almas, pasan cada día de este mundo a la eternidad. Por consiguiente, miles de personas están a todas horas en dolorosa agonía. Y ¿qué es la agonía? Son los últimos instantes concedidos a aquélla alma antes de presentarse al tribunal. Son las últimas luchas entre la gracia de Dios y la sugestión del diablo, en aquel corazón que ambos se disputan toda la vida. Son momentos preciosos, de los cuales, así puede salir una eternidad feliz, como una eternidad desventurada. Al paso que se le van acabando al cuerpo sus fuerzas; mientras va faltándole al pecho la respiración, a los ojos la luz, a los miembros el calor y el movimiento, va acercándose el alma a aquélla región de la cual no se puede volver atrás. 
   Esto es agonizar, esto es morir. ¡Y miles de hermanos nuestros están cada día, ahora mismo, en este preciso instante, en este trance tan angustioso! Roguemos por ellos hoy y cada día al Sagrado Corazón de Jesús!
   ¡Oh Corazón Divino, que agonizaste en el Huerto  y en el Calvario! sé luz y consuelo de estos hermanos nuestros en su dolorosa agonía. Mira bondadoso a estas almas privadas de todo humano consuelo, y que  pendientes entre el cielo que desean y el infierno que temen, colocadas entre el tiempo que les huye y la eternidad que les viene encima, no tienen ya a quien volverse más que a Ti.
   ¡Corazón agonizante de nuestro divino Salvador! Sé Tú el bálsamo Cordial para esos hermanos nuestros en su angustiosa situación!

   Un día seremos nosotros los que nos hallaremos en agonía. Los que varias veces hemos presenciado en otros, por nosotros pasará y en nosotros lo verán entristecidos nuestros amigos. Dirán que llegó el fin para nosotros, la hora de abandonar este mundo, al que hemos entregado, quizás con demasía, nuestro pobre corazón.
   ¡Corazón de Jesús! Cuando me falte todo, y todo me huya, y todo me desampare Tú no me dejarás. ¡Oh dulce Amigo mío! De Ti espero el mejor consuelo que fortalecerá mi espíritu acongojado y calmará su agitación e inquietud; de Ti aguardo, por medio de los Santos Sacramentos, el último abrazo de paz y reconciliación.
   Pero entretanto, miles de hermanos nuestros se hallan cada día en estas angustias, y te ruego los socorras. Mientras como, descanso, trabajo, rezo o me divierto, esas almas se hallan pendientes en su suerte eterna de este último combate decisivo. ¡Oh amado Corazón de Jesús! Por aquellas tres amarguísimas horas que en el lecho de la cruz te vieron cielos y tierra agonizante y moribundo, socorre en ese trance a los hijos de tu Corazón